En mi opinión, educar tiene como objetivo disfrutar de una convivencia armónica y equilibrada con nuestro perro, basada en el Amor. Y los dos principios fundamentales que rigen el Amor entre dos seres son el respeto y la comprensión. Por lo tanto, la educación se basa en el aprendizaje de ambos seres a respetarse y a comprenderse. Es responsabilidad del humano comprender y respetar las necesidades del can y aprender a comunicar las suyas. Un perro que llega a comprender y respetar las necesidades del ser humano es un perro educado con el cual se puede convivir felizmente.
En cuanto a Adiestrar, es enseñar a nuestro perro a ejecutar determinados movimientos o habilidades siguiendo nuestras órdenes.
En mi método empleamos el adiestramiento con dos ejercicios, con los siguientes objetivos:
- Con un ejercicio básico buscamos establecer un puente de comunicación entre ambos. Mediante este ejercicio el perro aprende dos palabras (o dos estados de ánimo del humano) Una palabra es para que el perro comprenda que nos molesta que haga algo y la otra palabra tiene la intención de comunicarle que sí que nos agrada lo que está haciendo. Por lo tanto, una vez establecidas las bases en este ejercicio de lo que queremos y no queremos que haga, esto lo podemos extrapolar a la vida diaria, dirigiendo su comportamiento con el fin de establecer unas reglas de convivencia y respeto mutuo.
- Con el otro ejercicio, conseguiremos que el perro haga un despego emocional del humano, que es muy necesario para su bienestar, ya que nuestro estrés y nuestras emociones afectan en gran medida a nuestros perros. De esta manera, el perro encontrará su momento o su espacio para poder conectarse con su ser y poder gestionar sus emociones individualmente. Un perro que es capaz de gestionar sus emociones aprende mucho más rápido y tiene una mayor comprensión.
La gran diferencia que aprecio desde mi experiencia es que podemos ver a un perro adiestrado para que realice determinados ejercicios y en cambio no esté educado emocionalmente y no tenga ese equilibrio o armonía necesarios para comportarse según demanda nuestra sociedad humana.